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Uno de los problemas más frecuentes a la hora de cuidar nuestras plantas, es el Descontrol de Riego.

Por lo general, regamos las plantas de interior en exceso produciendo severos daños a sus raices y hojas. Aprender a regar correctamente nuestras plantas es una de las tareas más díciles. Son muy variados los factores que inciden al momento de determinar cuál es el momento justo para regar, te vamos a contar cuales son los más importantes y cómo debemos regar nuestras plantas. 

Si bien estas recomendaciones sirven para todas las plantas, están indicadas para las plantas que tenemos en macetas, esten en interior o en el exterior de nuestro hogar.

¿Qué señales nos da la planta cuando hay un descontrol de riego?
Son varias, pueden presentarse en forma aislada o en distintas combinaciones.
La más común es ver la punta de sus hojas amarillentas, como si se estuvieran secando.
También notaremos que las hojas tienden a estar "caídas" y/o "blandas".
Otra veces, son las hojas nuevas las que se secan por completo, incluso antes de poder desarrollarse.
Si nos fijamos en el sustrato que hay en la maceta, podremos notar que se encuentra muy "duro" y "compactado" o bien muy húmedo, incluso con pequeñas mosquitas negras.

Las hojas se ponen amarillas cuando hay falta de agua o exceso de riego, por eso hablamos de un "descontrol de riego", las señales antes descriptas nos indican que no estamos regando correctamente. Con nuestras plantas de interior, solemos cometer el error de regarlas con demasiada frecuencia, generando un exceso de riego en el sustrato, lo que daña las raices y unos días despues vemos que las hojas comienzan a ponerse amarillas. Con nuestras plantas de exterior, sobre todo en verano, el riego suele ser insuficiente, por lo que las raices se "secan", la planta pierde las estructuras que le permiten nutrise y comienzan a verse daños en las hojas.

¿Cómo regar correctamente las plantas?
Para decidir si regar o no, siempre hay que tocar la tierra de la maceta para determinar si está húmeda o seca.
Recomendamos regar recién cuando la tierra esté seca, utilizando abundante agua, tratando de mojar la superficie de la maceta en su totalidad, así el agua llega bien a todas las raíces y logran humedecerse correctamente. A veces vemos la superficie de la tierra seca, pero si revisamos en profundidad y está húmeda, no debemos regar, ya que estaremos generando un exceso de agua en la planta y dañándole las raices.

¿Cúando Regar?
Depende de muchos factores: de la humedad ambiental, del viento y de las corrientes de aire, de la temperatura, del material de la maceta y la cobertura del sustrato. 
La mejor forma de verificar la humedad en el sustrato es enterrando la punta del dedo unos centímetros. Si notamos que la tierra está seca, regamos con abundante agua. Sí tenemos dudas, es mejor esperar unos días y volver a verificar el estado de humedad de la tierra. Otra opción es enterrar un palito de madera lo más profundo que podamos, al retirarlo podremos evaluar si el sustrato que esta en el fondo de la maceta se encuentra húmedo o seco.